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Desarrollo Sostenible, Derechos Humanos y Medio Ambiente

01/02/2006 - PorticoLegal
Areas Legales: Urbanismo
Sectores: Medio Ambiente
Desarrollo Sostenible, Derechos Humanos y Medio Ambiente

 

Roberta de Freitas Santos*



INTRODUCCIÓN

"Todos somos responsables por todo ante todos"[1].

Con seguridad, este pensamiento nos permite representar sintéticamente lo que constituye la base de los llamados derechos de tercera generación: la solidaridad.

La solidaridad definida según Bellver Capella[2].

como "la conciencia conjunta de derechos y obligaciones, que surgiría de la existencia de necesidades comunes, de similitudes, de reconocimiento de identidad, que preceden a las diferencias sin pretender su allanamiento, es el elemento esencial de estos derechos: el derecho al medio ambiente, el derecho al patrimonio común de la humanidad, el derecho al desarrollo y el derecho a la paz".

En un sentido amplio el derecho al medio ambiente se ha identificado con el derecho al desarrollo sostenible. En Brasilia en 1992, en el contexto del seminario Interamericano de Derechos Humanos y Medio Ambiente, se estableció que existe una relación íntima entre desarrollo y medio ambiente, desarrollo y derechos humanos, y medio ambiente y derechos humanos.

Posibles vínculos se pueden encontrar, por ejemplo, en los derechos a la vida y a la salud en su amplia dimensión, que requieren medidas negativas así como positivas por parte de los Estados. En realidad la mayoría de los derechos económicos, sociales y culturales y los derechos civiles y políticos más básicos demuestran esta relación íntima. Al final, hay un paralelo entre las evoluciones de la protección de los derechos humanos y de la protección del medio ambiente, habiendo ambas pasado por un proceso de internacionalización y de globalización.

 

EL DERECHO HUMANO A UN MEDIO AMBIENTE SEGURO, SALUDABLE Y DESARROLLO SOSTENIBLE

¿Qué es el derecho a un medio ambiente seguro y saludable?

Cada mujer, hombre, joven y niño tienen derecho a un medio ambiente seguro y saludable, así como a otros derechos humanos fundamentales relacionados a un medio ambiente saludable.

Los derechos humanos en cuestión:

Los derechos humanos relacionados al medio ambiente se encuentran establecidos en los tratados básicos de derechos humanos e incluyen:

  • El derecho a un medio ambiente seguro y saludable.

  • El derecho a un alto estándar de salud.

  • El derecho a un desarrollo ecológicamente sustentable.

  • El derecho a un estándar de vida adecuado, incluyendo el acceso a alimentación y agua potable.

  • El derecho de los niños para vivir en un medio ambiente apropiado para su desarrollo físico y mental.

  • El derecho a una participación completa y equitativa de todas las personas en la toma de decisiones relacionadas con el medio ambiente, la planificación de desarrollo y decisiones y políticas que afecten a la comunidad a un nivel local, nacional e internacional.

  • El derecho a gozar de condiciones seguras de trabajo, incluyendo garantías para mujeres embarazadas y en lactancia.

  • El derecho a la protección para la no -discriminación en cualquier área.

  • El derecho a la educación e información incluyendo la relacionada con vínculos entre salud y medio ambiente.

  • El derecho a compartir los beneficios del progreso científico.

Tras una evolución de conciencia medio ambiental en los últimos 30 años se puede decir que estos derechos humanos están íntimamente conectados al derecho humano al medio ambiente, y más, tal conciencia ha añadido a los Tribunales Internacionales y Convenciones una interpretación extensiva de estos derechos concluyendo que se tratan de derechos indirectos al medio ambiente, o sea el derecho humano al medio ambiente no expreso de forma exhaustiva en ningún tratado está reconocido de forma implícita e indirecta dentro de los derechos humanos.

¿Qué es el desarrollo sostenible?

Es aquél que no sacrifica el escenario, aquél que no compromete las propias condiciones de durabilidad del medio ambiente.

El concepto de desarrollo sostenible sin duda no tiene un pensamiento puramente ambientalista, ello transciende los límites de la ecología y constituye de suyo un paradigma general que pertenece también al ámbito de la ciencia económica.

Para José Juste Ruiz[3].

"la noción de desarrollo sostenible traduce una evolución marcada por el transito hacia la denominada economía ambiental, que constituye una nueva frontera del pensamiento económico de nuestros días".

En ese contexto, se considera que el desarrollo sostenible persigue tres objetivos esenciales que buscan integrar el medio ambiente saludable en el proceso de decisión económico para hacer posible el concepto de desarrollo sostenible:

  1. Objetivo Económico: consiste en buscar la eficiencia en la utilización de los recursos y el crecimiento cuantitativo.

  2. Objetivo Social y Cultural: a fin de promover la limitación de la pobreza, el mantenimiento de los diversos sistemas sociales y culturales y la equidad social.

  3. Objetivo Ecológico: se preocupa con la preservación de los sistemas físicos y biológicos (recursos naturales) que sirven de soporte a la vida de los seres humanos.

Según el informe Brundtland[4].

:

El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.

Según explica el informe el desarrollo sostenible debe ser un proceso solidario, que permita alcanzar niveles mínimos de desarrollo a quines vienen por debajo de las necesidades esenciales humanas.

Debe ser también un proceso que sepa sacar el mejor partido ambiental de la evolución tecnológica y que tenga en cuenta que la evolución demográfica debe estar en armonía con el ecosistema.

Además, debe ser un proceso equitativo que garantice a todos la capacidad de acceso a los recursos naturales restringidos y que asegure a las generaciones futuras la disponibilidad de los recursos no renovables y la pervivencia de las especies vegetales y animales.

Considero vital el reconocimiento del derecho al desarrollo sostenible como un derecho humano. Lo contrario, es decir, concebir el desarrollo como un proceso primordialmente macroeconómico no relacionado con los derechos fundamentales de las personas podría llevar a un desarrollo no sustentable. El crecimiento por sí solo no basta. Sin trabajo, creando pocos empleos. Sin voz, sin garantizar la participación de las personas. Sin futuro, destruyendo el medio ambiente para las generaciones futuras.

 

ACUERDOS MUNDIALES SOBRE DERECHOS HUMANOS, MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO

En atención a esta íntima relación descrita entre desarrollo y medio ambiente, desarrollo y derechos humanos, y medio ambiente y derechos humanos, cabe un breve análisis de ciertas disposiciones jurídicas internacionales.

Cabe considerar la evolución de la conciencia social acerca del tema, la que demuestra un interés in-creciendo a partir de la década de 70.

En la década de 50 comenzó a advertirse que las especies y las comunidades naturales podrían no recuperarse de la destrucción excesiva de su hábitat. En los 60, en cambio, se puso el énfasis sobre el desarrollo de la agricultura y el ámbito rural, siendo prioritarias las exigencias de los mercados de consumo más prósperos de todo el mundo, las que inhibían, en muchos casos el desarrollo y la propia sustentabilidad. A principios de los años 70 se pensó en las limitaciones que el medio podía imponer al crecimiento económico y la relación entre pobreza aguda y ambiente además de crearse conciencia sobre la vulnerabilidad del medio natural. La segunda mitad de los 70 y principio de los 80 fueron escenario de la creciente concientización sobre la naturaleza finita de ciertos recursos no renovables en el mundo y, de la vulnerabilidad de los ecosistemas frente a la contaminación derivada de las actividades humanas. Por último, la década de 90 trajo aparejada la preocupación por los daños derivados de las actividades humanas, como por ejemplo, el agotamiento de la capa de ozono.

Los objetivos del componente desarrollo del desarrollo sustentable pueden ser los contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948 o más recientemente, en la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo de 1986 es decir, el derecho de todos a disfrutar de un nivel de vida adecuado en términos de salud y bienestar, que incluyen la alimentación, el vestido, la vivienda y la atención médica, así como los servicios sociales necesarios.

A nivel regional, en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (Bogotá 1948), dos disposiciones cuyo cumplimiento implica un necesario respeto al medio ambiente, son el derecho a la preservación de la salud y al bienestar, y el derecho al descanso y a su aprovechamiento al consagrar que toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda y la asistencia médica, correspondiente al nivel que permitan los recursos públicos y los de la comunidad y que toda persona tiene derecho a descanso, a honesta recreación y a la oportunidad de emplear útilmente el tiempo libre en beneficio de su mejoramiento espiritual, cultural y físico.

El Protocolo de San Salvador[5].

, adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos, publicado en el Registro Oficial No. 175 de 23 de abril de 1993, establece puntualmente en el Artículo 11 el derecho a un medio ambiente sano, señalando que:

Toda persona tiene derecho a vivir en un medio ambiente sano y a contar con servicios públicos básicos. Los Estados Partes promoverán la protección, preservación y mejoramiento del medio ambiente.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 16 de diciembre de 1966, adoptado en la Resolución 2200 (XII) de Naciones Unidas, respecto a la salud establece que los Estados Partes se comprometen a reconocer el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, lo cual implica la adopción de medidas que aseguren el mejoramiento de todos sus aspectos, tales como la higiene y del medio ambiente, la prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas y la creación de condiciones que aseguren a todos asistencia y servicios médicos en caso de enfermedad.

El ambiente se convierte en un tema internacional en 1972, con la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano llevada a cabo en Estocolmo, Suecia. Un resultado de la misma fue el establecimiento del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

La declaración sobre Medio Humano, fruto de esa Conferencia, la cual inspira la visión amplia del derecho al medio ambiente, que lo identifica con el desarrollo sostenible, proclama el derecho del hombre a la libertad, la igualdad, y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las generaciones presentes y futuras.

En dicha Conferencia, también, se tomó la decisión de organizar la Conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos en 1976, un reconocimiento explícito en el sistema de Naciones Unidas del papel de los asentamientos humanos en el desarrollo y en la calidad del ambiente. Esta Conferencia, conocida como la Conferencia Hábitat, contribuyó a enfatizar el papel central que debe ocupar la satisfacción de las necesidades básicas en el desarrollo, especialmente agua, saneamiento, y atención primaria de la salud.

En los años siguientes fueron alcanzados sólo resultados limitados para hacer del ambiente parte de los planes nacionales de desarrollo e incluirlo en el proceso de toma de decisiones. Mientras se realizaban algunos progresos sobre la temática de carácter científico y técnico, desde un punto de vista político, el ambiente continuaba siendo descuidado frente a fenómenos como la disminución de la capa de ozono, el calentamiento del planeta, el degradamiento de los bosques y algunos problemas ambientales que se tornaban siempre más graves con el correr del tiempo.

Cuando en 1983 la ONU preparó la Comisión Mundial sobre el Ambiente y el Desarrollo, la defensa del ambiente estaba convirtiéndose en una cuestión de supervivencia para todos.

En 1987 la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo publicó "Nuestro Futuro Común", conocido como el Informe Brundtland, documento que se pronuncia por la preservación y salvaguarda de los recursos naturales del planeta y un crecimiento económico continuado.

Según Nuestro Futuro Común[6].

el desarrollo sostenible ha sido definido como "el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades". Un modo de vida sostenible descansa sobre tres áreas claves: crecimiento económico equitativo; conservación de recursos naturales y medio ambiente; y desarrollo social.

Precedida por el noruego Gro Harlem Brundtland, la Comisión concluyó que debían satisfacerse las necesidades del presente sin por ello comprometer la capacidad de las generaciones futuras a la satisfacción de sus propias necesidades y que, protección del ambiente y crecimiento económico deberían afrontarse como una cuestión única.

De conformidad y siguiendo el informe Brundtland, la Asamblea General de las Naciones Unidas convocó a la Conferencia ONU sobre el Ambiente y el Desarrollo (UN Conference on Environment and Development- UNCED).

En 1992 se reunieron en Río de Janeiro Jefes de Estado para deliberar ampliamente sobre la degradación del medio ambiente que, desde el decenio de 1960, había cobrado cada vez mayor importancia para la comunidad internacional, como tema en sí mismo y como obstáculo al desarrollo. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) fue celebrada como seguimiento después de 20 años de la primera reunión mundial sobre el medio ambiente, celebrada en Estocolmo en 1972.

Según J. F. Rezek[7].

, "a importancia reconhecida no empenho da sociedade internacional se fez notable ante a presenta de 178 delegaçoes, 117 delas encabezadas pelo próprio chefe de Estado ou de Governo".

La Conferencia de Río vinculó el medio ambiente y el desarrollo como nunca lo habían hecho antes los acuerdos internacionales. La consigna era desarrollo sostenible, es decir, desarrollo económico que satisfaga las necesidades de las generaciones actuales sin perjudicar el medio ambiente ni comprometer la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus necesidades. En la Conferencia de Río también se declaró que tanto la pobreza como la riqueza imponen estrés al medio ambiente, que las sociedades industrializadas deben reducir sus efectos sobre medio ambiente mediante patrones sostenibles de producción y consumo, y que los países en desarrollo necesitan asistencia para que sus economías sean respetuosas del medio ambiente10.

Además de las convenciones sobre los bosques, el cambio climático y la diversidad biológica, a consecuencia de la Conferencia de Río se preparó una guía integral del desarrollo sostenible, el Programa 21. En este documento[8].

se afirma que:

Debido al agravamiento de la pobreza, el hambre, las enfermedades y el analfabetismo y con el continuo empeoramiento de los ecosistemas, la única manera de asegurar un futuro más seguro y más próspero es enfocar de forma equilibrada e integral las cuestiones relativas al medio ambiente y al desarrollo.

Las cuatro secciones principales del Programa 21 tratan de las dimensiones sociales y económicas del desarrollo sostenible, la conservación y gestión de los recursos, el fortalecimiento del papel de los grupos principales en el desarrollo sostenible, y los medios de ejecución.

Nueve párrafos de la primera sección tratan de dinámica demográfica y sostenibilidad. Establecen que la creciente población y el aumento de la producción en todo el mundo someten a estrés cada vez mayor a los recursos del planeta; exhortan a elaborar estrategias de desarrollo que traten de los efectos combinados del crecimiento de la población, la salud y los ecosistemas, la tecnología y el acceso a los recursos; exhortan a establecer metas demográficas e integrar las cuestiones de población en las estrategias nacionales de sostenibilidad; instan a los países a calcular su capacidad nacional de sustento de la población; establecen que el desarrollo sostenible requerirá programas de salud reproductiva que reduzcan la mortalidad de madres y de menores de un año y proporcionen a los hombres y las mujeres la información y los medios para planificar el tamaño de su familia; y declaran que los programas de población requieren un amplio apoyo, así como financiación suficiente, incluido el apoyo a los países en desarrollo.

En septiembre de 2000, Jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en New York y negociaron la Declaración del Milenio, en que se compromete a las Naciones Unidas a establecer una paz justa y duradera en todo el mundo y a volver a consagrar la Organización al respeto a la igualdad de derechos de todos, sin distinciones por motivos de raza, sexo, idioma o religión.

En la Declaración[9].

se afirma que "debe garantizarse la igualdad de derechos y oportunidades de hombres y mujeres"; y se declara que "es necesario actuar con prudencia en la gestión y ordenación de todas las especies vivas y todos los recursos naturales, conforme a los preceptos del desarrollo sostenible". En la Declaración[10].

se exhorta a todos los Estados a:

Promover la igualdad de género y la potenciación del papel de la mujer, como maneras eficaces de combatir la pobreza, el hambre y la enfermedad y de estimular un desarrollo que sea verdaderamente sostenible, y adoptar en todas nuestras acciones para el medio ambiente una nueva ética de conservación y orientación.

Las normas citadas junto a otras disposiciones integrantes de diversos cuerpos normativos, e incluso, de ciertos instrumentos internacionales no vinculantes, marcan la estrecha relación entre el derecho a vivir en un medio ambiente sano con otros derechos fundamentales cuyo respeto es indispensable para el desarrollo de los pueblos.

Entre el 26 de agosto y el 4 de setiembre de 2002 se llevó a cabo en Johannesburgo en Sudáfrica, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible popularmente conocida como "Río + 10".

Por iniciativa de las Naciones Unidas se reunieron allá miles de participantes, entre los que se incluyeron jefes de Estado y de Gobierno, delegados nacionales y dirigentes de organizaciones no gubernamentales (ONGs), empresas, y otros grupos preocupados por el desarrollo sostenible. El objetivo era centrar la atención del mundo y la acción directa en la resolución de desafíos tales como la mejora de la calidad de vida de los seres humanos y la conservación de los recursos naturales del planeta.

Este encuentro celebraba el décimo aniversario de la Cumbre para la Tierra de Río de Janeiro en 1992, en donde la comunidad internacional adoptó el Programa 21, o Agenda 21, un plan de acción global sin precedentes a favor del desarrollo sostenible. La Cumbre de Johannesburgo presentó una oportunidad para la adopción de medidas concretas y la identificación de objetivos cuantificables para una mejor ejecución del Programa 21.

Durante la Cumbre, la tercera sobre medio ambiente promovida por las Naciones Unidas se celebraron una serie de actividades paralelas, convocadas y gestionadas por organizaciones o grupos independientes. Estos mismos grupos, en su mayoría, consideraron que el resultado de la Cumbre sólo arrojó meras declaraciones retóricas.

El hecho más positivo fue el anuncio de la ratificación del Protocolo de Kyoto por varios países, aislando aún más a Estados Unidos, gran ausente en Johannesburgo, como principal enemigo de los acuerdos internacionales en cuestiones ambientales.

Los acuerdos alcanzados se reducen a una Declaración Política y a un Plan de Acción, llenas de buenas intenciones sobre la reducción del número de personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable, la biodiversidad y los recursos pesqueros, y sin objetivos para promover las energías renovables. Los documentos aprobados no contienen compromisos concretos, ni fondos nuevos y adicionales, por lo que muchos analistas y participantes consideraron la Cumbre un fracaso.

Mismo con una importancia fundamental en el ámbito de protección y prevención, tales instrumentos apuntados anteriormente como Tratados Internacionales, Declaraciones, Pactos, etc., no son obligatorios, mismo los mecanismos de control que disponen la ONU, como por ejemplo los informes periódicos de los Comités, tampoco tienen tal carácter. O sea, no vinculan a los Estados legalmente, la aplicación de tales instrumentos esta a cabo de estos por si solos.

 

COMO ASEGURAR UN AMBIENTE SEGURO Y SALUDABLE

La Política y el Desarrollo Sustentable

Los límites a los que se enfrenta el desarrollo sustentable no están basados exclusivamente en la limitación de los recursos. La gestación y aplicación de políticas para que más de 2.000 millones de pobres en el mundo puedan tener agua potable, vivienda, salud, educación y medios de vida adecuados, no necesariamente implica el uso irracional de los recursos renovables o no.

Conviene resaltar que los gobiernos son responsables primarios del desarrollo sustentable. Es su deber elaborar planes tanto nacionales como regionales y locales que conlleven a la definición de políticas y estrategias, capaces de lograr una amplia participación de la comunidad, incluyendo las organizaciones no gubernamentales, y el sector privado.

Más aún, las autoridades locales, los municipios, juegan un rol preponderante y decisivo para lograr el desarrollo sustentable. La participación de la comunidad y el sector empresarial, son la clave para lograr un consenso respecto a las estrategias a seguir.

Si este proceso de cambio se propicia a nivel local, conforme se señala en el Programa 21 queda pendiente una tarea importante, que es crear conciencia ambiental y capacitar a los representantes de los gobiernos locales para la gestión y toma de decisiones en materia ambiental.

Los principales factores que conducen al desarrollo sustentable son: el crecimiento económico, medido en términos monetarios; la equidad, medida en paramétros sociales y la sustentabilidad en el uso de los recursos naturales, medida con parámetros físico-bióticos.

Existe hoy un nuevo escenario, con evidencias críticas similares y con una globalización de los problemas. En cada país o región, la definición del ideal del desarrollo sustentable, deberá ser el resultado de la negociación entre los diferentes actores involucrados.

Por ello, la explotación de los recursos renovables y no renovables y, la capacidad de los sistemas naturales para absorber las emisiones contaminantes derivadas de las acciones humanas, cuyos efectos secundarios implican altos costos para las generaciones futuras, tiene profundas implicaciones políticas pues apela a limitaciones en la capacidad de los individuos, las empresas y las naciones para utilizar estos recursos.

No obstante lo expuesto, para la mayoría de los ciudadanos de los países subdesarrollados será difícil compartir las preocupaciones por el efecto invernadero, el agotamiento de la capa de ozono u otros temas ambientales de orden mundial. La cuestión de supervivencia en 20 años o más es de poca importancia para quienes tienen dificultades para sobrevivir hoy. Un programa para movilizar a todos los gobiernos a fin de que aborden los problemas del ambiente debe ayudar a generar la capacidad de cada sociedad para identificar, analizar y actuar en lo relativo a sus propios problemas ambientales.

En diversas circunstancias, se toma el producto bruto interno como sinónimo de calidad de vida, al reflejar la producción y el ingreso global de un país, no indica el consumo ni la distribución, abarca el sector monetario de la economía y, en consecuencia, omite factores sociales que no podrían expresarse fácilmente en términos monetarios.

Uno de los temas clave de las próximas décadas será el intento por resolver la búsqueda de mayor riqueza y desarrollo en las sociedades nacionales dentro del reconocimiento mundial de los límites materiales a la biosfera. No hay duda de que la dotación de recursos naturales y los sistemas naturales pueden sustentar la población del mundo hoy y el futuro cercano, eliminando la pobreza absoluta, cubriendo las necesidades básicas y con esperanza de vida en todos los países comparables a los de las naciones más opulentas, es decir, mejorando la calidad de vida.

La Crisis Ambiental

Se habla de crisis ambiental en forma frecuente, esta incluye no solo la depredación y mal uso de los recursos naturales sino también de los recursos humanos a través del desempleo y subempleo. Existen en le mundo 120 millones de desempleados, 70 millones de subempleados, y 600 millones de pobres urbano, según la última reunión Cumbre de Población (Estambul 1994) Otra crisis, y ésta es originada por los intelectuales y científicos sociales es que todo lo que pasó en el mundo en las ultima décadas, es exactamente lo contrario de lo que las ciencias sociales habían imaginado y o previsto. En efecto, una idea de hace 30 o 40 años atrás era que se reproducirían en los países periféricos, los modelos de desarrollo de los países industriales y que se produciría una homogeneización de las sociedades en el mundo.

Es más exacto hablar de una terceromundialización del planeta, muy diferente del proceso inicialmente imaginado. El problema de la exclusión social, segregación espacial, pobreza económica y población sin techo está en el debate actual de los países mas industrializados. Hay 5 millones de personas sin techo en los países desarrollados, según el relatorio de Desarrollo Humano, 100 millones de personas viven bajo la línea de la pobreza.

Y esto no se debe a la crisis económica, porque las tasas de crecimiento de la economía mundial no han bajado, sino todo lo contrario.

Por otro lado esta la crisis ambiental referida a la creación de patrones de crecimiento que se traducen en la incorporación predatoria de recursos naturales en el flujo de la renta, introducción predatoria de Capital de la naturaleza en el flujo de la renta. Esto supone descapitalizar a la naturaleza, hablando en un lenguaje economicista. Porque al mismo tiempo que generamos polución, o sea todo pasa como si el sistema de producción actual fuese un sistema de produccion de riqueza que va acompañado de la reproducción ampliada de la pobreza y de la exclusión social en el ámbito de la sociedad y por la degradación ambiental. Llamar a esto Desarrollo es muy difícil, más bien es un crecimiento perverso o mal desarrollo.

Calidad de vida de la gente

El concepto calidad de vida implica una pregunta crucial sobre las condiciones de la producción privada y del poder. ¿Cuánto de las necesidades reales y de los intereses del pueblo, en especial de los trabajadores, han sido descuidadas en nuestra sociedad? Así, la calidad de vida cubre no sólo el consumo sino la producción, no sólo los fenómenos periféricos, sino también las causas sociales.

Desde el ángulo opuesto, esto significa que no es suficiente producir solamente, sino pensar también en la distribución, el intercambio y la satisfacción de las necesidades económicas sociales.

Calidad de vida incluye consumo y producción, o más bien sus relaciones; su proporcionalidad y compatibilidad vista desde el aspecto de la necesidad. Una concepción sobre la calidad de vida puede intervenir no sólo como una medida de corrección ex-post del crecimiento incontrolado de industrialización y de la inversión privada anárquica, sino también reflejar las intenciones de muchos usuarios del concepto calidad de vida. La noción de calidad de vida, por otro lado, se identifica con la siguiente ecuación: calidad de vida + crecimiento económico + realizaciones espirituales, culturales, recreativas, etc.

Esto significa que, el mejoramiento de aquella depende, tanto del nivel de vida como de otros valores que hacen a la verdadera realización del hombre.

Calidad Ambiental

Los modelos de mercado vigentes en los países latinoamericanos llegan al área ambiental. A través de los esfuerzos puestos de manifiesto a través de acuerdos internacionales, declaraciones de principios y acciones sobre el desarrollo mundial sustentable, presentados en la Cumbre de la Tierra realizada en Río y, posteriores reuniones con suerte diversa, ha mejorado la calidad de vida de la gente? En términos objetivos se siguen dando niveles de pobreza extrema, mortalidad infantil por condiciones ambientales adversas analfabetismo y el deterioro incesante de los ecosistemas. ¿Cómo percibe la gente esta situación y cómo afecta sus niveles de satisfacción?

Se trata de averiguar el grado y nivel de alcance de la información ambiental en las personas que habitan las diferentes regiones del pais, asi como su conocimiento sobre acciones correctivas o mitigadoras como resultado de las reuniones cumbres y en caso de que esto no ocurra cómo debería orientarse las politicas para una corrección de las mismas. ¿Cómo orientar las políticas ambientales de acuerdo a las necesidades de la población a través de sistemas de gestión más efectivos? También debería considerarse la posibilidad que los usuarios y o destinatarios de esas políticas tuvieran mayor libertad y capacidad para tomar decisiones que afecten sus condiciones de vida, su calidad ambiental y por último su salud .

Educación Ambiental

El problema institucional, segundo nudo crítico identificado, ha tenido diversas consecuencias, dentro del establecimiento de competencias, para controlar, coordinar, diseñar y ejecutar proyectos, y otras labores enmarcadas en la gestión ambiental.

Finalmente, la educación, la capacitación, la información y la participación constituyen el tercer gran campo respecto del cual debe plantearse actividades y acciones puntuales.

El programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha señalado que es necesario educar al público sobre cuestiones ambientales para que sea consciente de la gravedad de los problemas ambientales, con miras a lograr su participación efectiva y la aceptación de responsabilidad individual relativa al medio ambiente, además, también es necesario facilitar la participación del público en las etapas apropiadas del proceso decisorio, tanto en lo tocante al proceso legislativo y administrativo como en lo que respecta a la implementación.

La educación así concebida trasciende los límites y barreras formales para convertirse en un verdadero instrumento de gestión y creación de alternativas de desarrollo.

Debemos aprovechar las experiencias antedichas, unificar esfuerzos, estructurar un programa de acción debidamente planificado, con objetivos reales, que incluya a todos los involucrados y que parta de un análisis completo de las alternativas, de tal manera que las actividades que se planifiquen sean ejecutables y que a su vez marquen el camino para futuras acciones.

 

CONCLUSIONES

Tras lo expuesto se puede extraerse algunos puntos importantes.

El derecho al desarrollo sustentable y los derechos humanos tienen una relación muy estrecha entre sí, son derechos indirectos. Un desarrollo sin respeto a los derechos humanos no será en definitiva sustentable, mientras que una situación de pleno respeto y disfrute de todos los derechos humanos sólo es posible en un contexto de una situación al menos razonable de desarrollo.

Un desarrollo sustentable es aquel centrado, en definitiva, en un ser humano que disfrute y vea respetados todos sus derechos humanos.

Tras la evolución de la conciencia mundial acerca del medio ambiente y la preocupación sobre la calidad de vida, generaciones futuras, integración del medio ambiente saludable en el proceso de decisión económico, se han realizado una serie de conferencias mundiales a respecto del asunto, que culminaron con declaraciones políticas de los Jefes de Estado y de Gobierno y planos de acciones que por desinterés de los mismos no han logrado tanto éxito como se esperaba. Además, los mecanismos convencionales de control de la ONU tampoco tienen carácter vinculante o poder coercitivo frente a los Estados.

Se puede añadir que el esfuerzo para mejorar la calidad de vida de las personas y del medio ambiente va mucho más adelante que una obligación moral para los Estados , se trata también de una cuestión de conciencia política y ciudadana de preocupación con el presente y el futuro.

 


* Roberta de Freitas Santos es licenciada en Derecho por Universidad Católica de Goiás- UCG- Brasil. - Doctoranda en Derecho Internacional Público y Privado y Relaciones Internacionales por Universidad de Sevilla- España.

BIBLIOGRAFIA

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GARCÍA SAN JOSÉ, Daniel: El derecho humano al medio ambiente: algunas reflexiones en torno a su concretización.

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ROMANO YALOUR ,M.H. Calidad de vida y Planificación Participativa. Documentos del Consejo Federal de Inversiones. Bs. A.s 1988.

 


[1] DOSTOIVESKY, en Bellver Capella Vicente. Ecologie de las razones a los derechos. Editorial Comares, Granada, 1994, p. 277.

[2] CAPELLA VICENTE,Bellver. Ecologie de las razones a los derechos. Editorial Comares, Granada, 1994, p. 280.

[3] RUIZ, José Juste. Derecho Internacional del Medio Ambiente. MacGraw-Hill: Madrid, 1999, p. 32.

[4] Informe de la Comisión Mundial sobre Medio Amiente y Desarrollo, publicado en 20 de marzo de 1987.

[5] Protocolo de san Salvador, RO nº 175 en 32/04/1993, Artículo 11

[6] Informe de la Comisión Mundial sobre Medio Amiente y Desarrollo, publicado en 20 de marzo de 1987.

[7] REZEK, José Francisco. Direito Internacional Público: curso elementar, 9 Ed - Sao Paulo: Saraiva: 2002, p.237. Tradución: "la importancia reconocida a ese empeño de la sociedad internacional se quedó notable ante la presencia de 178 delegaciones, 117 de ellas encabezadas pelo propio jefe de Estado o de Gobierno".

[8] Informe realizado por la ONU tras la Cumbre de RIO 92.

[9] Declaración aprobada pela Asamblea General de la ONU y ratificada en 2000.

[10] Supra cit.