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¿RIP a la LRAU?

18/04/2006 - PorticoLegal
¿RIP a la LRAU?

 

En un artículo con el mismo título que este --pero sin las interrogaciones-- publicado en EL PAIS a finales del pasado año 2005, el consejero de Territorio y Vivienda de la Generalitat --el más famoso conseller, al menos en algunas instancias de la Unión Europea-- aseveró que la aprobación de la nueva Ley Urbanística Valenciana (LUV) suponía el acta de defunción de la LRAU.

Según aseguró literalmente el conseller Rafael Blasco, 'la nueva LUV incorpora innovaciones tan revolucionarias como las garantías del pequeño propietario..., amplía el período para el pago en metálico o en terreno..., las agrupaciones de interés urbanístico de pequeños propietarios podrán acceder en las mismas condiciones que el aspirante a agente urbanizador... Y las cargas de urbanización serán proporcionales para los propietarios...'. Por tanto, a su entender, mediante dicha ley, 'la Generalitat recogió en su totalidad todas las recomendaciones de la Unión Europea'. Sólo le faltó afirmar que se trata de una ley perfecta, casi divina.

El corolario lógico de dichas afirmaciones es que la LRAU (aprobada por el PSOE y mayoritariamente aplicada por el PP) no garantizaba suficientemente los derechos del pequeño propietario de terrenos. Desde luego, nadie --o casi nadie-- se atrevería a negar que miles y miles de pequeños propietarios se vieron perjudicados por la aplicación salvaje de la LRAU. Ahí están las más de 15.000 quejas presentadas por otros tantos ciudadanos afectados, quejas que sirvieron de base al Parlamento Europeo para condenar sin paliativos el urbanismo valenciano.

Así pues, por una parte el Sr. Blasco viene a decir que la LRAU no garantizaba suficientemente los derechos de los pequeños propietarios de terrenos, pero, por otra parte, al afirmar en un programa de Canal 9 que la condena de los eurodiputados se basó en quejas de 'personas que hace años compraron un terreno y construyeron una casa y una piscina sin licencia', añadiendo que 'ninguna de esas quejas se sustanció en los tribunales de justicia' (lo cual en modo alguno se ajusta a la realidad), resta importancia y entidad a tales quejas, lo cual supone, a todas luces, una flagrante contradicción.

Según el conseller, 'el problema estaba en la LRAU y no en su aplicación y eso es la razón que nos llevó a redactar la nueva LUV'. No sólo se trata de una opinión discutible (y buena prueba de ello es que la Unión Europea opina que la LUV viola la normativa europea), sino que, además, resulta claramente contradictoria con la forma de actuar de las autoridades urbanísticas valencianas, que aún después de la publicación de la LUV continuaron adjudicando PAIs al amparo de la LRAU, pese a las reiteradas advertencias de la Comisión Europea.

Si la Generalitat, y en concreto el conseller Rafael Blasco, opinan que la LRAU es una mala ley y que la LUV es una buena ley, lo lógico y consecuente sería fomentar la aplicación de ésta y no de aquella. No se entienden muy bien los motivos por los que siendo la LRAU una ley tan mala (que viola directivas europeas y que no garantiza suficientemente los derechos de los pequeños propietarios, según reconoce el propio conseller), la buena ley, la LUV, alargó tan generosamente, en su disposición transitoria primera, la vida de la LRAU, en lugar de darle la puntilla definitiva.

Menos aún se entienden los motivos por los que el conseller Rafael Blasco, u otro responsable de su consellería, aconsejó a algún alcalde que se diera prisa para aprobar la máxima cantidad posible de PAIs con el fin de tramitarlos conforme a la mala LRAU y evitar la aplicación de la buena LUV.

Para muestra un botón: según noticia publicada en este mismo periódico el día 31 de enero, justo un día antes de que entrara en vigor la LUV, el alcalde de Calpe, Javier Morató, apoyado por su grupo político --casualmente el mismo grupo al que pertenece el Sr. Blasco--, aprobó no uno sino tres PAIs 'de tacada', justificando tan masiva aprobación de planes urbanísticos con el contundente argumento de que 'la consellería nos lo ha aconsejado'.

¿Verdaderamente aconsejó así el Sr. Blasco o su consellería al alcalde calpino? En caso afirmativo, nos encontraríamos ante un ejercicio de cinismo imperdonable por parte de la consellería, al fomentar la aplicación de una ley tachada como una mala ley por la propia consellería, dando así nuevos argumentos a la lucha contra las irregularidades urbanísticas en la Comunidad Valenciana emprendida por la Comisión Europea, que ahora, mira tú por donde, también 'lamenta' que se hayan seguido adjudicando PAIs al amparo de la LRAU, a pesar de sus advertencias.

Por el contrario, si no existió tal consejo por parte de la consellería del Sr. Blasco, el alcalde calpino, Javier Morató, además de quedar en evidencia por faltar a la verdad y por poner en evidencia al Consell, debería explicar los motivos por los que tuvo tanto interés y tantas prisas en aprobar un aluvión de PAIs justo un día antes de la entrada en vigor de la LUV, 'la ley buena' que sustituyó a la 'ley mala', la LRAU, a la que el conseller Blasco dió publicamente su RIP, aunque en realidad, gracias a algunos alcaldes, como el de Calpe, sigue viva y coleando.

En definitiva, SI pero NO: Aunque la LRAU fue formalmente derogada, en la práctica seguirá aún siendo aplicada durante mucho tiempo. De nada vale santiguarse y dar devotamente el RIP a la LRAU si al mismo tiempo, en lugar de enterrarla, se le aplican balones de oxigeno y se fomenta o permite que siga con vida, y menos aún si se tolera que, a su amparo, continúen los desmanes y abusos de toda clase.

 

Carlos Barreras González
Abogado