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Con mamá... y con papá

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Con mamá... y con papá
18/06/2012 10:46

Como diría uno de los anuncios televisivos sobre tarjetas bancarias: hay cosas que se pueden pagar con dinero, pero ver la sonrisa de esperanza dibujada en el rostro de esos niños a quienes los jueces han privado de la presencia de sus padres… no tiene precio.



Ana María Tomás | Sábado, 16 de junio de 2012



Me cuesta trabajo aceptar que el amor, entre un hombre y una mujer, muera. De hecho, no creo que eso suceda. Como toda energía -y el amor, sin lugar a dudas, lo es-, considero que ni se crea ni se destruye, tan sólo se transforma. Si hemos sentido su vida cabalgando por nuestras almas podremos dejarlo mutarse en otros muchos nombres -llámense enemistad… odio- pero nunca defunción. Es por eso que, según haya sido la intensidad del mismo la hostilidad en la se haya transformado tendrán el mismo valor en la escala.

Ahora bien, podemos llamar amor “fluctuante” al experimentado entre una pareja, pero nunca al que se siente por la carne de nuestra carne. Una pareja puede romperse, pero los hijos siguen siendo parte de ambos: ¡seres vivos! Ya sé que puede parecer una estupidez lo que acabo de escribir, pero les recuerdo que, para más de un padre o de una madre, los hijos se convierten en armas arrojadizas con las que herir, a ser posible de muerte, al otro miembro de la pareja. Tenemos ejemplos extremos de medeas o medeos capaces de dar muerte a sus propios hijos con tal de dejar al otro miembro sin ellos.

Como todo ying tiene su yang en otro tipo de seres humanos que sólo aspiran a vivir junto a sus hijos, viéndolos crecer. Sin embargo, son muchos los hombres que se ven privados de ese derecho gozoso y tras ellos también otras mujeres: sus madres y hermanas. Habitualmente se piensa que los niños estarán mejor con la madre, lo que no quiere decir que no lo estén también con el padre. Pero, entonces, el padre pasa a ser un personaje al que sólo se ve periódicamente y al que le resulta insufrible negarle al niño cualquier cosa por muy necesario que eso sea para su educación. Sé de muchos padres que jamás han podido ejercer como tales en el amplio o en el estrecho sentido de la palabra. Pero sé de uno, concretamente, que lleva muchos años luchando porque los padres pueden educar y convivir con sus hijos. Sus hijos son ya mayores y podría decirse que esa lucha ya no es suya, sin embargo, ahí está: al pie del cañón, peleando por que otros hombres y otros niños puedan conseguir lo que él mismo no pudo lograr. Sus hijos son mayores, es verdad, pero ha recibido la recompensa de saber que esos chicos aprecian toda su batalla por estar con ellos. De todas formas, poco pueden hacer los padres si las leyes no amparan sus legítimas pretensiones.

Hace unos días, en el Congreso de los Diputados, Rosa Díez, planteaba al ministro Ruiz Gallardón, la necesidad de impulsar una ley de custodia compartida que garantice los derechos de los menores a estar con ambos progenitores. Pero, ya un mes antes, el 23 de mayo, la Asamblea Regional de Murcia aprobaba, por amplia mayoría, pedir al Gobierno Regional la elaboración de un “Proyecto de Ley de regulación de relaciones familiares de hijos menores cuyos progenitores no conviven”.

Una representación de la APFS (“Asociación de padres de familia separados”) junto a José Morales -ese padre coraje al que me refería anteriormente- de “SOS, Papa Murcia” asistieron en vivo a la aprobación de dicha moción y, más tarde, el responsable de la página web de la APFS escribía en ella unas líneas de gratitud y sorpresa a partes iguales por el hecho de que haya sido una mujer quien se sensibilizara con sus anhelos: “Esta mañana en la Región de Murcia (y en toda España) estamos de enhorabuena. Se ha aprobado en la Asamblea Regional la Moción presentada por el PP mediante la que se pretende instar al Consejo de Gobierno a la elaboración de una Ley en la que, de verdad, la GUARDA Y CUSTODIA COMPARTIDA sea la primera opción a favor de nuestros hijos. Es gratificante ver cómo ha defendido la Moción precisamente una mujer, la diputada Violante Tomás. Y eso que aún hay quienes entienden la IGUALDAD de otra manera.”

Como diría uno de los anuncios televisivos sobre tarjetas bancarias: hay cosas que se pueden pagar con dinero, pero ver la sonrisa de esperanza dibujada en el rostro de esos niños a quienes los jueces han privado de la presencia de sus padres… no tiene precio.

Sé que todavía queda un gran camino por recorrer, pero todos los grandes viajes comienzan con un pequeño paso y este no ha sido precisamente pequeño.











18/06/2012 20:37
Asi es....
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Como diría uno de los anuncios televisivos sobre tarjetas bancarias: hay cosas que se pueden pagar con dinero, pero ver la sonrisa de esperanza dibujada en el rostro de esos niños a quienes los jueces han privado de la presencia de sus padres… no tiene precio.



Ana María Tomás | Sábado, 16 de junio de 2012



Me cuesta trabajo aceptar que el amor, entre un hombre y una mujer, muera. De hecho, no creo que eso suceda. Como toda energía -y el amor, sin lugar a dudas, lo es-, considero que ni se crea ni se destruye, tan sólo se transforma. Si hemos sentido su vida cabalgando por nuestras almas podremos dejarlo mutarse en otros muchos nombres -llámense enemistad… odio- pero nunca defunción. Es por eso que, según haya sido la intensidad del mismo la hostilidad en la se haya transformado tendrán el mismo valor en la escala.

Ahora bien, podemos llamar amor “fluctuante” al experimentado entre una pareja, pero nunca al que se siente por la carne de nuestra carne. Una pareja puede romperse, pero los hijos siguen siendo parte de ambos: ¡seres vivos! Ya sé que puede parecer una estupidez lo que acabo de escribir, pero les recuerdo que, para más de un padre o de una madre, los hijos se convierten en armas arrojadizas con las que herir, a ser posible de muerte, al otro miembro de la pareja. Tenemos ejemplos extremos de medeas o medeos capaces de dar muerte a sus propios hijos con tal de dejar al otro miembro sin ellos.

Como todo ying tiene su yang en otro tipo de seres humanos que sólo aspiran a vivir junto a sus hijos, viéndolos crecer. Sin embargo, son muchos los hombres que se ven privados de ese derecho gozoso y tras ellos también otras mujeres: sus madres y hermanas. Habitualmente se piensa que los niños estarán mejor con la madre, lo que no quiere decir que no lo estén también con el padre. Pero, entonces, el padre pasa a ser un personaje al que sólo se ve periódicamente y al que le resulta insufrible negarle al niño cualquier cosa por muy necesario que eso sea para su educación. Sé de muchos padres que jamás han podido ejercer como tales en el amplio o en el estrecho sentido de la palabra. Pero sé de uno, concretamente, que lleva muchos años luchando porque los padres pueden educar y convivir con sus hijos. Sus hijos son ya mayores y podría decirse que esa lucha ya no es suya, sin embargo, ahí está: al pie del cañón, peleando por que otros hombres y otros niños puedan conseguir lo que él mismo no pudo lograr. Sus hijos son mayores, es verdad, pero ha recibido la recompensa de saber que esos chicos aprecian toda su batalla por estar con ellos. De todas formas, poco pueden hacer los padres si las leyes no amparan sus legítimas pretensiones.

Hace unos días, en el Congreso de los Diputados, Rosa Díez, planteaba al ministro Ruiz Gallardón, la necesidad de impulsar una ley de custodia compartida que garantice los derechos de los menores a estar con ambos progenitores. Pero, ya un mes antes, el 23 de mayo, la Asamblea Regional de Murcia aprobaba, por amplia mayoría, pedir al Gobierno Regional la elaboración de un “Proyecto de Ley de regulación de relaciones familiares de hijos menores cuyos progenitores no conviven”.

Una representación de la APFS (“Asociación de padres de familia separados”) junto a José Morales -ese padre coraje al que me refería anteriormente- de “SOS, Papa Murcia” asistieron en vivo a la aprobación de dicha moción y, más tarde, el responsable de la página web de la APFS escribía en ella unas líneas de gratitud y sorpresa a partes iguales por el hecho de que haya sido una mujer quien se sensibilizara con sus anhelos: “Esta mañana en la Región de Murcia (y en toda España) estamos de enhorabuena. Se ha aprobado en la Asamblea Regional la Moción presentada por el PP mediante la que se pretende instar al Consejo de Gobierno a la elaboración de una Ley en la que, de verdad, la GUARDA Y CUSTODIA COMPARTIDA sea la primera opción a favor de nuestros hijos. Es gratificante ver cómo ha defendido la Moción precisamente una mujer, la diputada Violante Tomás. Y eso que aún hay quienes entienden la IGUALDAD de otra manera.”

Como diría uno de los anuncios televisivos sobre tarjetas bancarias: hay cosas que se pueden pagar con dinero, pero ver la sonrisa de esperanza dibujada en el rostro de esos niños a quienes los jueces han privado de la presencia de sus padres… no tiene precio.

Sé que todavía queda un gran camino por recorrer, pero todos los grandes viajes comienzan con un pequeño paso y este no ha sido precisamente pequeño.











18/06/2012 20:37
Asi es....