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ortodoncia Invisalign

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Ortodoncia invisalign
08/05/2012 18:44
Buenas tardes:
Inicié un tratamiento de ortodoncia Invisalign porque el ortodoncista me dijo que reunía todas las ventajas: era invisible, indoloro (una ligera presión), se podía comer de todo y como se quita facilita la higiene bucal. Son una serie de férulas transparentes (44 en mi caso) que se van cambiando cada 14 días para ir moviendo la posición de los dientes.
He firmado un presupuesto “personalizado” (aunque es un modelo estándar) en el que figura mi nombre y mi firma debajo de “conforme”. No parece que sea un contrato pero tal vez funcione como tal. En él aparece el momento de los pagos y lo que incluye el presupuesto sin especificar el precio de cada cosa.
Una vez firmado el presupuesto y pagados los primeros 1000 euros, me informan de que tendré que llevar lo que llaman “attachments” (pegotes de composite adheridos a los dientes) que hacen mucho más visible y antiestético el sistema. Me enfado porque no se me había mencionado nada de eso (cosa que el ortodoncista sabía de antemano). Le pregunto qué pasa si me echo para atrás y sin responder a la pregunta me dice que, en mi caso, llevar los att.es lo mejor, que llevaré 6 y sólo 2 se verán porque van por la parte de delante del diente, y me enseña otra paciente que los lleva diciéndome que los míos serán mucho más pequeños y que no dañan nada el esmalte porque para quitarlos se “borran” y no se utiliza la fresa (yo deduzco que eso de borrar se refiere a algo que “disuelve” el pegote)... en definitiva: me convence y acepto. Eso me supone otros 900 euros... Cada vez que he intentado que me informe de algo su respuesta además de prepotente y airada es casi intimidatoria y me exige confianza ciega puesto que “él es un profesional con mucha experiencia y eso no es una peluquería” Total, que no me responde, pero para evitar un ambiente desagradable decido no entrar en debate confiando que el resultado lo compense. Me enseña un video (un sofisticado sistema informático reproduce en 3D el estado real de los dientes antes de comenzar el tratamiento y el que tendrán al final) en el que veo mis dientes con el antes y el después. Se ve perfectamente cómo cambian de posición, pero la forma y el tamaño se respetan de principio a fin.
Al ortodoncista sólo le vuelvo a ver cuando me dice que le tengo que firmar unos papeles. Al comentarle que no tenía las gafas de cerca, se “ofrece” para contármelo él mismo diciéndome que se trata simplemente de un asunto relativo al plazo para solicitar lo que llaman “refinamiento” (parte del tratamiento que se incluye en el presupuesto), sin decirme que incluía además información exhaustiva sobre posibles riesgos y complicaciones del sistema. Una vez más, como una tonta, firmo.
Llegado el momento de ponerme los att. es una ayudante quien lo hace y me encuentro con la sorpresa de que no son 6, como me dijo, sino 23 y del mismo tamaño que los que me enseño en la otra paciente. Eso debería habérmelo mostrado en el video, pero se cuidó de eliminar esa parte. Me enfado muchísimo, pero ya he pagado mucho dinero y, una vez más, “trago”. La ayudante me comenta que para quitarlos sí hay que usar la fresa, aunque me asegura de que el esmalte queda intacto. Pero ya al ponérmelos el composite sobrepasa la zona donde deben ir y para eliminar los restos usa la fresa y me deja rayaduras, bordes “aserrados”, algún diente lo lima más de la cuenta y queda más corto y asimétrico... En fin....al “malestar” por lo antiestético y por cómo me ha dejado los dientes al rasparlos, se suma que no puedo masticar porque me chocan los att. de los dientes de arriba con los de abajo; eso me provoca dolor e impide que se junten las muelas, por lo que sólo puedo comer cosas que no exijan masticación. Empiezo a tener problemas de sensibilidad dental, dolor en la mandíbula que se va agudizando y se extiende a cabeza, cuello y oídos e incluso vértigos. Lo comento con un amigo médico y me dice que puede estar perjudicándome la articulación de la mandíbula... Me pongo a investigar por internet y descubro toda la información que me ocultó e incluso me negó el ortodoncista. Entre otras cosas veo que se habla de los problemas de mandíbula que yo estoy padeciendo... en definitiva; ni invisible, ni indoloro, ni me permite comer de todo. Y encima los dientes rayados. Si llego a saberlo nunca me hubiera sometido al tratamiento. He decidido dejarlo y, como no me fío de ellos, he ido a otro dentista para que me quitara los att. Me ha comentado que, efectivamente, habían lesionado el esmalte. Ellos nunca admitirían eso, y pueden decir que las rayaduras me las ha producido quien me lo ha quitado... y yo no puedo probarlo. Tengo intención de enviar un escrito antes de acudir a mi próxima cita informando que dejo el tratamiento, y me gustaría saber si tengo algún derecho a reclamar el dinero (total 2300) o parte, al dejarlo en una fase tan temprana (sólo he utilizado 3 de las 44 férulas) y si ellos podrían, legalmente, reclamarme el pago completo del presupuesto que firmé.
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Inicié un tratamiento de ortodoncia Invisalign porque el ortodoncista me dijo que reunía todas las ventajas: era invisible, indoloro (una ligera presión), se podía comer de todo y como se quita facilita la higiene bucal. Son una serie de férulas transparentes (44 en mi caso) que se van cambiando cada 14 días para ir moviendo la posición de los dientes.
He firmado un presupuesto “personalizado” (aunque es un modelo estándar) en el que figura mi nombre y mi firma debajo de “conforme”. No parece que sea un contrato pero tal vez funcione como tal. En él aparece el momento de los pagos y lo que incluye el presupuesto sin especificar el precio de cada cosa.
Una vez firmado el presupuesto y pagados los primeros 1000 euros, me informan de que tendré que llevar lo que llaman “attachments” (pegotes de composite adheridos a los dientes) que hacen mucho más visible y antiestético el sistema. Me enfado porque no se me había mencionado nada de eso (cosa que el ortodoncista sabía de antemano). Le pregunto qué pasa si me echo para atrás y sin responder a la pregunta me dice que, en mi caso, llevar los att.es lo mejor, que llevaré 6 y sólo 2 se verán porque van por la parte de delante del diente, y me enseña otra paciente que los lleva diciéndome que los míos serán mucho más pequeños y que no dañan nada el esmalte porque para quitarlos se “borran” y no se utiliza la fresa (yo deduzco que eso de borrar se refiere a algo que “disuelve” el pegote)... en definitiva: me convence y acepto. Eso me supone otros 900 euros... Cada vez que he intentado que me informe de algo su respuesta además de prepotente y airada es casi intimidatoria y me exige confianza ciega puesto que “él es un profesional con mucha experiencia y eso no es una peluquería” Total, que no me responde, pero para evitar un ambiente desagradable decido no entrar en debate confiando que el resultado lo compense. Me enseña un video (un sofisticado sistema informático reproduce en 3D el estado real de los dientes antes de comenzar el tratamiento y el que tendrán al final) en el que veo mis dientes con el antes y el después. Se ve perfectamente cómo cambian de posición, pero la forma y el tamaño se respetan de principio a fin.
Al ortodoncista sólo le vuelvo a ver cuando me dice que le tengo que firmar unos papeles. Al comentarle que no tenía las gafas de cerca, se “ofrece” para contármelo él mismo diciéndome que se trata simplemente de un asunto relativo al plazo para solicitar lo que llaman “refinamiento” (parte del tratamiento que se incluye en el presupuesto), sin decirme que incluía además información exhaustiva sobre posibles riesgos y complicaciones del sistema. Una vez más, como una tonta, firmo.
Llegado el momento de ponerme los att. es una ayudante quien lo hace y me encuentro con la sorpresa de que no son 6, como me dijo, sino 23 y del mismo tamaño que los que me enseño en la otra paciente. Eso debería habérmelo mostrado en el video, pero se cuidó de eliminar esa parte. Me enfado muchísimo, pero ya he pagado mucho dinero y, una vez más, “trago”. La ayudante me comenta que para quitarlos sí hay que usar la fresa, aunque me asegura de que el esmalte queda intacto. Pero ya al ponérmelos el composite sobrepasa la zona donde deben ir y para eliminar los restos usa la fresa y me deja rayaduras, bordes “aserrados”, algún diente lo lima más de la cuenta y queda más corto y asimétrico... En fin....al “malestar” por lo antiestético y por cómo me ha dejado los dientes al rasparlos, se suma que no puedo masticar porque me chocan los att. de los dientes de arriba con los de abajo; eso me provoca dolor e impide que se junten las muelas, por lo que sólo puedo comer cosas que no exijan masticación. Empiezo a tener problemas de sensibilidad dental, dolor en la mandíbula que se va agudizando y se extiende a cabeza, cuello y oídos e incluso vértigos. Lo comento con un amigo médico y me dice que puede estar perjudicándome la articulación de la mandíbula... Me pongo a investigar por internet y descubro toda la información que me ocultó e incluso me negó el ortodoncista. Entre otras cosas veo que se habla de los problemas de mandíbula que yo estoy padeciendo... en definitiva; ni invisible, ni indoloro, ni me permite comer de todo. Y encima los dientes rayados. Si llego a saberlo nunca me hubiera sometido al tratamiento. He decidido dejarlo y, como no me fío de ellos, he ido a otro dentista para que me quitara los att. Me ha comentado que, efectivamente, habían lesionado el esmalte. Ellos nunca admitirían eso, y pueden decir que las rayaduras me las ha producido quien me lo ha quitado... y yo no puedo probarlo. Tengo intención de enviar un escrito antes de acudir a mi próxima cita informando que dejo el tratamiento, y me gustaría saber si tengo algún derecho a reclamar el dinero (total 2300) o parte, al dejarlo en una fase tan temprana (sólo he utilizado 3 de las 44 férulas) y si ellos podrían, legalmente, reclamarme el pago completo del presupuesto que firmé.