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Reclamación a taller por reparaciones defectuosas, mala praxis y mala fe

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Reclamación a taller por reparaciones defectuosas, mala praxis y mala fe
20/05/2022 13:25
Buenos días.
Les expongo mi caso para que me den su opinión acerca de la viabilidad de una demanda:
Por error, reposté gasolina en un coche diesel y no me di cuenta hasta que el éste se detuvo. EL vehículo se llevó en grúa un taller en el que se realizó una sencilla reparación de limpieza.
A los pocos días volvió a pararse y, de nuevo, se transportó en grúa hasta el mismo taller. En esta ocasión, se diagnosticó un problema en cadena y piñón de la distribución y, originado por éste, también en balancines y no se sabía si, además, en válvulas.
A la hora de recoger el coche, me indican que se precisa reemplazar el embrague por desgaste y que debo conducir con suavidad y precaución hasta la sustitución. Acordamos que me darán presupuesto, salgo del taller y regreso de inmediato porque el ruido que hace el motor es tal que me hace pensar que ha quedado alguna pieza suelta. El mecánico que se encargó de la reparación arranca el motor y me dice que el ruido es normal y que se debe al desgaste del embrague; insisto en preguntar si puedo llevarme el coche y, de nuevo, me dicen que sí, aunque conduciendo con suavidad.
Al poco tiempo, recibo la llamada del responsable de administración del taller con el presupuesto, que supera los 3.000 €, lo que es, a todas luces, excesivo para un embrague. Dado que tantas averías me parecían demasiadas coincidencias, para entonces, yo ya había pedido presupuestos en otros talleres y suministradores del recambio, por lo que indiqué a la persona que me llamó que le podía dar referencias de la pieza, de marcas de prestigio, por un importe muy inferior, para que me instalaran esa pieza, a lo que se negó en rotundo alegando que ellos sólo trabajaban con sus proveedores de confianza.
En esta situación, decido llevar el coche a otro taller, al que llego, de nuevo, gracias a una grúa , ya que, a los pocos kilómetros de salir de casa, se vuelve a quedar parado.
A los pocos días, en el nuevo taller, compruebo que la avería es mucho mayor, afectando al bloque motor, ya que el volante de inercia se ha arrancado de su posición, por lo que la solución más recomendable es reemplazar el motor entero, invalidando, obviamente, la anterior reparación.
Considero al primer taller responsable de todo lo sucedido por:
- Una primera reparación negligente que no abordó todos los daños producidos por la gasolina en el motor diesel.
- La falta de asunción de responsabilidad por este hecho, que produjo la segunda avería.
- Un diagnóstico de nuevo negligente y segunda reparación también insuficiente y, además, innecesaria, ya que la solución era ya el cambio de motor.
- La ocultación deliberada de los errores cometidos
- El engaño en el presupuesto de cambio de embrague con la intención de que pagara de mi bolsillo el cambio de motor o lo que quiera que ellos pensaran hacer para resolver o tapar la avería real.
Dispongo de informe pericial y he enviado al taller un burofax, con la reclamación oportuna, al que no han atendido.

Gracias por su tiempo
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Reclamación a taller por reparaciones defectuosas, mala praxis y mala fe
20/05/2022 13:25
Buenos días.
Les expongo mi caso para que me den su opinión acerca de la viabilidad de una demanda:
Por error, reposté gasolina en un coche diesel y no me di cuenta hasta que el éste se detuvo. EL vehículo se llevó en grúa un taller en el que se realizó una sencilla reparación de limpieza.
A los pocos días volvió a pararse y, de nuevo, se transportó en grúa hasta el mismo taller. En esta ocasión, se diagnosticó un problema en cadena y piñón de la distribución y, originado por éste, también en balancines y no se sabía si, además, en válvulas.
A la hora de recoger el coche, me indican que se precisa reemplazar el embrague por desgaste y que debo conducir con suavidad y precaución hasta la sustitución. Acordamos que me darán presupuesto, salgo del taller y regreso de inmediato porque el ruido que hace el motor es tal que me hace pensar que ha quedado alguna pieza suelta. El mecánico que se encargó de la reparación arranca el motor y me dice que el ruido es normal y que se debe al desgaste del embrague; insisto en preguntar si puedo llevarme el coche y, de nuevo, me dicen que sí, aunque conduciendo con suavidad.
Al poco tiempo, recibo la llamada del responsable de administración del taller con el presupuesto, que supera los 3.000 €, lo que es, a todas luces, excesivo para un embrague. Dado que tantas averías me parecían demasiadas coincidencias, para entonces, yo ya había pedido presupuestos en otros talleres y suministradores del recambio, por lo que indiqué a la persona que me llamó que le podía dar referencias de la pieza, de marcas de prestigio, por un importe muy inferior, para que me instalaran esa pieza, a lo que se negó en rotundo alegando que ellos sólo trabajaban con sus proveedores de confianza.
En esta situación, decido llevar el coche a otro taller, al que llego, de nuevo, gracias a una grúa , ya que, a los pocos kilómetros de salir de casa, se vuelve a quedar parado.
A los pocos días, en el nuevo taller, compruebo que la avería es mucho mayor, afectando al bloque motor, ya que el volante de inercia se ha arrancado de su posición, por lo que la solución más recomendable es reemplazar el motor entero, invalidando, obviamente, la anterior reparación.
Considero al primer taller responsable de todo lo sucedido por:
- Una primera reparación negligente que no abordó todos los daños producidos por la gasolina en el motor diesel.
- La falta de asunción de responsabilidad por este hecho, que produjo la segunda avería.
- Un diagnóstico de nuevo negligente y segunda reparación también insuficiente y, además, innecesaria, ya que la solución era ya el cambio de motor.
- La ocultación deliberada de los errores cometidos
- El engaño en el presupuesto de cambio de embrague con la intención de que pagara de mi bolsillo el cambio de motor o lo que quiera que ellos pensaran hacer para resolver o tapar la avería real.
Dispongo de informe pericial y he enviado al taller un burofax, con la reclamación oportuna, al que no han atendido.

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