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No cumple con sus obligaciones
pamplona. Un juez de Navarra ha otorgado la custodia de una menor a su padre pese a estar imputado por un delito de "abandono de familia por impago de pensión para manutención durante los últimos 31 meses", según denunció la madre de la niña que, residente con ella en Galicia, ha recurrido la decisión judicial. La madre de la menor, S.P. añadió que también pesa sobre el padre una denuncia por acoso y coacciones, que se tramita en el juzgado de violencia de género, y cuestionó que la sentencia beneficie a su hija de 7 años que desde hace dos años vive con ella en Galicia.
La sentencia que otorga la custodia al padre fue dictada en Estella el pasado 8 de noviembre y se ejecutará en los próximos días ya que la madre de la menor, al tiempo que la recurría, solicitó que la niña pudiera concluir el trimestre en el centro en el que está escolarizada. S.P. precisó que aunque el recurso contra la sentencia que le retira la custodia (otorgada a ella inicialmente) fue admitida a trámite el 17 de noviembre, es decir nueve días después, "no paraliza la decisión del juez".
La historia de S.P. arranca en Guipúzcoa, cuando se casó en el año 2000. La pareja se trasladó a vivir a Navarra, donde ambos encontraron trabajo. A los tres años nació su hija, "cuando la relación ya se había deteriorado", añadió S.P. A partir de ahí "empezaron los insultos, las manipulaciones, las humillaciones y vejaciones. Me anuló por completo, me hizo sentir una inútil". Llegó el divorcio y la denuncia por acoso y coacciones.
traslado por trabajo a galicia Al separarse de su marido, S.P. cogió entonces a su hija y regresó a Guipúzcoa junto a su familia. Según explicó, al encontrar un puesto de trabajo fijo se trasladó a Culleredo (Galicia), donde escolarizó a su hija en un colegio y donde residen ambas desde septiembre del 2008.
La distancia, asegura S.P., le ha dado "la tranquilidad que no tenía en Navarra", pero le ha supuesto graves consecuencias jurídicas, pues los procesos abiertos contra su marido se siguen en tribunales de la Comunidad Foral, con lo que supone para la toma de declaraciones y encuentros con psicólogos. Lo mismo ocurre con la causa por la guarda y custodia de la niña. Tanto es así que, según denuncia la afectada, por no poder acudir a Navarra, se elaboró un informe psicológico de la madre demoledor, en el que se aconsejaba que lo mejor para la niña es que viviese con su padre.
Pese a todo, S.P. se ha visto obligada a alcanzar un acuerdo con su ex marido y el próximo día 28 de diciembre tendrá que entregarle a su hija. "¿Por qué un juez concede la custodia a un supuesto maltratador?, se pregunta S.P. Porque todavía es supuesto -el juicio no tiene fecha- y porque puse tierra por medio llevándome a mi hija". La sentencia "pasa por alto que mi exmarido jamás pasó la manutención fijada y que jamás me negué a entregarle a la niña cuando le correspondía".
El padre, por su parte, y según la información dada por la exmujer, reside en Navarra con su nueva familia.
La sentencia que otorga la custodia al padre fue dictada en Estella el pasado 8 de noviembre y se ejecutará en los próximos días ya que la madre de la menor, al tiempo que la recurría, solicitó que la niña pudiera concluir el trimestre en el centro en el que está escolarizada. S.P. precisó que aunque el recurso contra la sentencia que le retira la custodia (otorgada a ella inicialmente) fue admitida a trámite el 17 de noviembre, es decir nueve días después, "no paraliza la decisión del juez".
La historia de S.P. arranca en Guipúzcoa, cuando se casó en el año 2000. La pareja se trasladó a vivir a Navarra, donde ambos encontraron trabajo. A los tres años nació su hija, "cuando la relación ya se había deteriorado", añadió S.P. A partir de ahí "empezaron los insultos, las manipulaciones, las humillaciones y vejaciones. Me anuló por completo, me hizo sentir una inútil". Llegó el divorcio y la denuncia por acoso y coacciones.
traslado por trabajo a galicia Al separarse de su marido, S.P. cogió entonces a su hija y regresó a Guipúzcoa junto a su familia. Según explicó, al encontrar un puesto de trabajo fijo se trasladó a Culleredo (Galicia), donde escolarizó a su hija en un colegio y donde residen ambas desde septiembre del 2008.
La distancia, asegura S.P., le ha dado "la tranquilidad que no tenía en Navarra", pero le ha supuesto graves consecuencias jurídicas, pues los procesos abiertos contra su marido se siguen en tribunales de la Comunidad Foral, con lo que supone para la toma de declaraciones y encuentros con psicólogos. Lo mismo ocurre con la causa por la guarda y custodia de la niña. Tanto es así que, según denuncia la afectada, por no poder acudir a Navarra, se elaboró un informe psicológico de la madre demoledor, en el que se aconsejaba que lo mejor para la niña es que viviese con su padre.
Pese a todo, S.P. se ha visto obligada a alcanzar un acuerdo con su ex marido y el próximo día 28 de diciembre tendrá que entregarle a su hija. "¿Por qué un juez concede la custodia a un supuesto maltratador?, se pregunta S.P. Porque todavía es supuesto -el juicio no tiene fecha- y porque puse tierra por medio llevándome a mi hija". La sentencia "pasa por alto que mi exmarido jamás pasó la manutención fijada y que jamás me negué a entregarle a la niña cuando le correspondía".
El padre, por su parte, y según la información dada por la exmujer, reside en Navarra con su nueva familia.
