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Pensiones de viudedad
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Estas mezclando dos cosas distintas. La pensión compensatoria por separación/divorcio es una cosa, y la de viudedad otra.
Es cierto que ha habido alguna que otra manifestación de intenciones por parte del gobierno en la reforma de la pensión de viudedad, de tal manera que la plantean como lo que era en principio, una pensión compensatoria en caso de una pérdida de ingresos significativa y una real necesidad económica tras el fallecimiento de uno de los cónyuges. Es decir, que plantean que se pague prácticamente sólo en el caso de que sólo uno tuviera ingresos, y al fallecer, el otro se quedara sin recursos económicos suficientes (que era la situación de la inmensa mayoría de mujeres cuando se estableció esta pensión, y aun hoy de la mayoría de matrimonios con más de 50-60 años). Ahora tal y como son las cosas, se indemniza al cónyuge superviviente cobre lo que cobre, de manera que esta pensión ya no cumple aquello para lo que fue planteada.
Y es que carece bastante de sentido que el Estado dé una prestación a una persona enviudada que estaba en régimen de separación de bienes, sólo por el hecho de enviudar, cuando en teoría no ha sufrido ningun cambio económico que justifique esa prestación social. Y esa es la situación aproximada, con o sin régimen de separación de bienes, de la mayoría de las nuevas parejas en los últimos años. A lo que nos enfrentamos en el fondo es a un cambio profundo del modelo de sociedad, ocurrido en apenas una o dos generaciones como consecuencia de la incorporación de la mujer al mercado laboral, principalmente. El mundo ya no es el que era, y ahora son las personas, y no las familias, los núcleos económicos y los generadores de derechos.
A la larga lo deseable sería que la pensión de viudedad desapareciera como tal, pero como aun conviven los dos modelos de familia (sobre todo mediante una diferencia entre generaciones) opino que es una medida correcta.
En cuanto a las pensiones por separación, no tengo ninguna constancia de que el gobierno plantee modificarlas, aunque el cambio de modelo de sociedad también afecte a este tipo de pensión tendiendo a erradicarla, pero sin que ello justifique un cambio legal en la actualidad.
La pensión compensatoria de separación tenía también su sentido en el caso de que como en la de viudedad, uno de los cónyuges fuera el generador de ingresos, y el otro no (generalmente la mujer que se encargaba de educar a los hijos y cuidar de la casa).
Sin embargo aquí la cosa es distinta, ya que, por un lado, no se trata de una prestación social por parte del Estado a la que se tiene derecho como ciudadano que cumple unos requisitos, sino que es una prestación de una persona a otra; y por otro lado, como consecuencia de lo anterior, ya se venía aplicando de manera distinta esta indemnización en función de la coyuntura familiar concreta.
Dicho de otra manera, si todos los matrimonios estuvieran compuestos por personas en una situación similar, no sería necesaria ni la pensión de viudedad ni la compensatoria. Ambas se fundamentan en la misma realidad en la que los hombres generan ingresos y las mujeres se quedan en casa. Al desaparecer progresivamente este modelo social, ambas tendrían que tender a desaparecer.
La diferencia es que en una separación/divorcio ya se tiene en cuenta si uno se ve perjudicado o no al romper el vínculo matrimonial, mientras que esto no es tenido aun en cuenta en la pensión de viudedad, que se otorga a todos los viudos, lo necesiten o no, se vean perjudicados economicamente o no.
De hecho lo que se propone para la pensión de viudedad es algo similar a lo que ya es la de separación: que se indemnice sólo en el caso de una dependencia económica de una de las partes que justifique esa pensión al desaparecer el vínculo, ya sea por divorcio o defunción.
Pensiones de viudedad
Estas mezclando dos cosas distintas. La pensión compensatoria por separación/divorcio es una cosa, y la de viudedad otra.
Es cierto que ha habido alguna que otra manifestación de intenciones por parte del gobierno en la reforma de la pensión de viudedad, de tal manera que la plantean como lo que era en principio, una pensión compensatoria en caso de una pérdida de ingresos significativa y una real necesidad económica tras el fallecimiento de uno de los cónyuges. Es decir, que plantean que se pague prácticamente sólo en el caso de que sólo uno tuviera ingresos, y al fallecer, el otro se quedara sin recursos económicos suficientes (que era la situación de la inmensa mayoría de mujeres cuando se estableció esta pensión, y aun hoy de la mayoría de matrimonios con más de 50-60 años). Ahora tal y como son las cosas, se indemniza al cónyuge superviviente cobre lo que cobre, de manera que esta pensión ya no cumple aquello para lo que fue planteada.
Y es que carece bastante de sentido que el Estado dé una prestación a una persona enviudada que estaba en régimen de separación de bienes, sólo por el hecho de enviudar, cuando en teoría no ha sufrido ningun cambio económico que justifique esa prestación social. Y esa es la situación aproximada, con o sin régimen de separación de bienes, de la mayoría de las nuevas parejas en los últimos años. A lo que nos enfrentamos en el fondo es a un cambio profundo del modelo de sociedad, ocurrido en apenas una o dos generaciones como consecuencia de la incorporación de la mujer al mercado laboral, principalmente. El mundo ya no es el que era, y ahora son las personas, y no las familias, los núcleos económicos y los generadores de derechos.
A la larga lo deseable sería que la pensión de viudedad desapareciera como tal, pero como aun conviven los dos modelos de familia (sobre todo mediante una diferencia entre generaciones) opino que es una medida correcta.
En cuanto a las pensiones por separación, no tengo ninguna constancia de que el gobierno plantee modificarlas, aunque el cambio de modelo de sociedad también afecte a este tipo de pensión tendiendo a erradicarla, pero sin que ello justifique un cambio legal en la actualidad.
La pensión compensatoria de separación tenía también su sentido en el caso de que como en la de viudedad, uno de los cónyuges fuera el generador de ingresos, y el otro no (generalmente la mujer que se encargaba de educar a los hijos y cuidar de la casa).
Sin embargo aquí la cosa es distinta, ya que, por un lado, no se trata de una prestación social por parte del Estado a la que se tiene derecho como ciudadano que cumple unos requisitos, sino que es una prestación de una persona a otra; y por otro lado, como consecuencia de lo anterior, ya se venía aplicando de manera distinta esta indemnización en función de la coyuntura familiar concreta.
Dicho de otra manera, si todos los matrimonios estuvieran compuestos por personas en una situación similar, no sería necesaria ni la pensión de viudedad ni la compensatoria. Ambas se fundamentan en la misma realidad en la que los hombres generan ingresos y las mujeres se quedan en casa. Al desaparecer progresivamente este modelo social, ambas tendrían que tender a desaparecer.
La diferencia es que en una separación/divorcio ya se tiene en cuenta si uno se ve perjudicado o no al romper el vínculo matrimonial, mientras que esto no es tenido aun en cuenta en la pensión de viudedad, que se otorga a todos los viudos, lo necesiten o no, se vean perjudicados economicamente o no.
De hecho lo que se propone para la pensión de viudedad es algo similar a lo que ya es la de separación: que se indemnice sólo en el caso de una dependencia económica de una de las partes que justifique esa pensión al desaparecer el vínculo, ya sea por divorcio o defunción.
