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Separación pareja de hecho: inmuebles
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Separación pareja de hecho: inmuebles
Soy un miembro de una pareja de hecho, sin hijos, que convivió durante más de quince años.
A los diez años compramos una vivienda que se puso a nombre de los dos, y cinco años más
tarde, otra vivienda de valor similar pero a nombre de mi pareja, quien pocos meses después
abandonó la relación para reclamar judicialmente la mitad de la primera, o su venta en subasta,
y quedarse con la segunda, en la que se fue a vivir.
Yo perdí el juicio, y si la apelación confirma la primera sentencia me quedaré en la calle y
mi pareja con una vivienda entera y la mitad de la otra.
Qué podría hacer, o qué puedo esperar de la apelación? pues si ambas viviendas se adquirieron
durante la convivencia, pienso que no es nada justo. Sobre todo, teniendo en cuenta que era yo
el único que trabajaba y aportaba dinero a la relación. No obstante, mi pareja presentó en el
juicio un contrato de trabajo falso para justificar unos millones que había en su cuenta y que eran,
ni más ni menos, los ahorros de la pareja que se usaron para adquirir la segunda propiedad.
Entiendo que mi pareja aportaba lo que podía a la relación aunque no fuese con dinero,
pero como no tenía trabajo ni estábamos casados, pensamos que sería lo mejor escriturar
como lo hicimos en caso de que yo muriese antes que ella, al ser bastante más mayor
y tener problemas de salud.
A los diez años compramos una vivienda que se puso a nombre de los dos, y cinco años más
tarde, otra vivienda de valor similar pero a nombre de mi pareja, quien pocos meses después
abandonó la relación para reclamar judicialmente la mitad de la primera, o su venta en subasta,
y quedarse con la segunda, en la que se fue a vivir.
Yo perdí el juicio, y si la apelación confirma la primera sentencia me quedaré en la calle y
mi pareja con una vivienda entera y la mitad de la otra.
Qué podría hacer, o qué puedo esperar de la apelación? pues si ambas viviendas se adquirieron
durante la convivencia, pienso que no es nada justo. Sobre todo, teniendo en cuenta que era yo
el único que trabajaba y aportaba dinero a la relación. No obstante, mi pareja presentó en el
juicio un contrato de trabajo falso para justificar unos millones que había en su cuenta y que eran,
ni más ni menos, los ahorros de la pareja que se usaron para adquirir la segunda propiedad.
Entiendo que mi pareja aportaba lo que podía a la relación aunque no fuese con dinero,
pero como no tenía trabajo ni estábamos casados, pensamos que sería lo mejor escriturar
como lo hicimos en caso de que yo muriese antes que ella, al ser bastante más mayor
y tener problemas de salud.
símplemente está dificil. Si tú no puedes demostrar que eras el único que tenía ingresos así como, que aportaste dinero en la adquisición de la vivienda (facturas, transferencias bancarias, etc), resulta dificil.
Haz que tu abogado reclame la vida laboral de tu ex pareja para demostrar que ella no ha trabajado nunca (si el contrato es falso se demostrará con el simple hecho de que no fue dada de alta en la seguridad social)con lo que no ha podido ingresar dinero, así como, supongo que el valor de la vivienda sería superior al dinero ahorrado, con lo que ella necesitará justificar de dónde sacó el resto (pero espero que tengas alguna forma de justificar que tú aportaste el resto, nóminas, transferencias,recibos luz y agua, etc).
Saludos y siento mucho tu situación
Haz que tu abogado reclame la vida laboral de tu ex pareja para demostrar que ella no ha trabajado nunca (si el contrato es falso se demostrará con el simple hecho de que no fue dada de alta en la seguridad social)con lo que no ha podido ingresar dinero, así como, supongo que el valor de la vivienda sería superior al dinero ahorrado, con lo que ella necesitará justificar de dónde sacó el resto (pero espero que tengas alguna forma de justificar que tú aportaste el resto, nóminas, transferencias,recibos luz y agua, etc).
Saludos y siento mucho tu situación
Hola Popes, muchas gracias por tu respuesta.
Bueno, mi pareja no pudo demostrar que hubiera pagado nada de la primera vivienda pues todos los pagos de la misma, incluyendo impuestos, luz, agua, teléfono, etc, se cargaban en mi cuenta. Aparte de éso, 6 testigos que nos conocían bien aseguraron que yo ingresaba dinero en la suya, que no trabajaba y que dependía de mi económicamente. Además tengo resguardos de todos esos ingresos pero que mi abogado no consideró necesario presentar. Pues el tema fue que ella cogió el dinero de su cuenta, lo empleó en la segunda vivienda, desapareció y sólo tuve noticias de ella a través del juzgado y de la policía, a la que además me había denunciado, falsamente, por malos tratos.
No obstante y según la sentencia, era inequívoco que NUESTRA voluntad era la de constituir un acerbo común en el que cada uno aportaba lo que podía, y por lo que resultaba irrelevante que los pagos de la primera vivienda se cargaran en mi cuenta. Pero bueno, esa podría haber sido MI voluntad, en todo caso, pero no la de mi pareja como era obvio. Pues por esa regla de tres también hubiera sido irrelevante el que ella hubiera pagado la segunda vivienda con dinero de su cuenta. Y si no, entonces, no hubiera existido esa voluntad conjunta de constituir un acerbo común en el que se basó el veredicto.
Incluso en el supuesto de que hubiera trabajado y obtenido ingresos no tenía por qué cambiar mucho la cosas, pues yo también trabajaba y hubiéramos estado empatados. Lo curioso es que el contrato de trabajo que presentó mi pareja era con una empresa extranjera, es decir, que si trabajaba era imposible que al mismo tiempo pudiera convivir conmigo en España y, mucho menos, efectuar todas las faenas domésticas del hogar, como le atribuía la sentencia por el hecho de ser mujer.
Bueno, mi pareja no pudo demostrar que hubiera pagado nada de la primera vivienda pues todos los pagos de la misma, incluyendo impuestos, luz, agua, teléfono, etc, se cargaban en mi cuenta. Aparte de éso, 6 testigos que nos conocían bien aseguraron que yo ingresaba dinero en la suya, que no trabajaba y que dependía de mi económicamente. Además tengo resguardos de todos esos ingresos pero que mi abogado no consideró necesario presentar. Pues el tema fue que ella cogió el dinero de su cuenta, lo empleó en la segunda vivienda, desapareció y sólo tuve noticias de ella a través del juzgado y de la policía, a la que además me había denunciado, falsamente, por malos tratos.
No obstante y según la sentencia, era inequívoco que NUESTRA voluntad era la de constituir un acerbo común en el que cada uno aportaba lo que podía, y por lo que resultaba irrelevante que los pagos de la primera vivienda se cargaran en mi cuenta. Pero bueno, esa podría haber sido MI voluntad, en todo caso, pero no la de mi pareja como era obvio. Pues por esa regla de tres también hubiera sido irrelevante el que ella hubiera pagado la segunda vivienda con dinero de su cuenta. Y si no, entonces, no hubiera existido esa voluntad conjunta de constituir un acerbo común en el que se basó el veredicto.
Incluso en el supuesto de que hubiera trabajado y obtenido ingresos no tenía por qué cambiar mucho la cosas, pues yo también trabajaba y hubiéramos estado empatados. Lo curioso es que el contrato de trabajo que presentó mi pareja era con una empresa extranjera, es decir, que si trabajaba era imposible que al mismo tiempo pudiera convivir conmigo en España y, mucho menos, efectuar todas las faenas domésticas del hogar, como le atribuía la sentencia por el hecho de ser mujer.
