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Violencias y géneros

5 Comentarios
 
Violencias y géneros
26/04/2013 14:50
Para quienes les interese el tema, dejo el siguiente enlace en el que se puede visualizar una interesante ponencia, en mi opinión, de la profesora de la Universidad Complutense de Madrid, Dña. Elena Casado, bajo el título "Raíces de la violencia de género y claves para erradicación".

http://upnatv.unavarra.es/es/unes/elena-casado

Un saludo.
26/04/2013 15:52
Llevo más de 30 minutos de video y esta mujer habla mucho y no dice casi nada!!!!!! la única conclusión a la que he visto llegar es una bobada.... a ver cómo acaba....
26/04/2013 16:17
Ya lo he oido entero.... creo que dice muy poco sobre la violencia, y al terminar no sé su opinión real. Algunas cosas no me han gustado.

Más que nada intentar explicar de otra manera la violencia, indagar más en los motivos de esta, pero no lo veo claro.
26/04/2013 19:12
Hola:

Si bien ha despertado en mí cierto interés este video, por el cambio en el discurso tradicional en algunos aspectos, tal no deja de ser un discurso que da como válidos toda una serie de dogmas de fe de la Iglesia Feminista de Género. El discurso nace en ese seno olvidando toda la problemática que ha generado, claras violaciones de derechos humanos, centradas estas en el varón. Nada nuevo brilla bajo el sol.

La violencia no es de género, es violencia. Y resulta que está inscrita en nuestros propios genes, de todos, hombres y mujeres, lo cual nos ha servido para llegar a estar hoy en día aquí. El que ahora haya que dominar esa tendencia genética, en un acto de control de instintos y civilización personal, es otra cuestión. E, insisto, esa tendencia la tienen hombres y mujeres, por tanto, en igualdad, si se quiere luchar contra la violencia en general, habrá que luchar contra ella en general. Tratándose de actos que violan derechos fundamentales es absurdo establecer diferencias y gradaciones. Lo son per se, vengan de donde vengan y no hay nada que justifique su comisión.

Lo que no se puede hacer es cambiar un tipo de violencia, la del hombre contra la mujer, por otra, la de la mujer contra el hombre, perseguida la primera con violaciones de derechos humanos incluidos y amparado su ejercicio de forma institucionalizada la segunda.

Incluso cuando Elena admite que la violencia quizás no sea de género, al mismo tiempo parece que da por sentadas algunas cuestiones que no dejan de ser dogmas de fe. Parece deducirse que la violencia del varón es peor que la ejercida por la mujer, ni mucho menos, son distintas, hombres y mujeres no somos iguales, pero igualmente destructivas.

En todo el discurso, aunque haga Elena ciertos reconocimientos, subyace quien es el malo de la película, por sentado, el varón. Estoy por ver una ilustración, una documentación, de la violencia femenina, lo cual daría credibilidad al discurso en el sentido de abordar realmente el problema de la violencia. Y, por supuesto, aquella, la violencia femenina, existe, y no voy a entrar ahora en el grado de perversión de cada quien y cada cual.

En definitiva, creo que es un discurso, aunque con sus curiosidades, que se encuadra dentro de los tres cuartos de lo mismo, de los que estamos acostumbrados a oir, por imposición gubernamental, y no compartir.

No es un discurso científico, no lo puede ser nunca desde la perspectiva de género, para que sea discurso científico, hay que despojarse de muchos prejuicios, incluidos los que nacen más que del género, concepto que deja mucho que desear desde el punto de vista científico, del sexo. La ciencia no tiene sexo, menos género, y viene a estar muy alejada de lo políticamente correcto, mientras la política se enajene de lo científicamente correcto.

Para ello, para un tratamiento científico de un problema, lo cual significa, la mayoría de las veces que ni para tí ni para mí, primero, hay que ser conscientes de las diferencias entre sexos, y son abundantes y científicamente demostradas, sólo sobre esta base se puede construir una igualdad de derechos, sobre realidades científicas, estas se generan por el esfuerzo de mentes científicas, ajenas a toda subjetividad.


Luego viene el resto, el cómo maneja y crea estadísticas la ideología de género, de qué viven quienes la apoyan a capa y espada, qué tipo de legislación ad hoc la soporta y sus efectos sobre el varón, qué violaciones de derechos humanos han sido y siguen siendo llevados a cabo en su nombre contra el varón, cómo se manejan los medios de comunicación, las instituciones, el gobierno, el Estado.., para invisibilizar, término del que gustan muchos de los adeptos a la secta utilizar, al varón, al mismo tiempo que se le convierte en objeto de explotación, y un largo etcétera de ignominia, no de gloria, que hace de la ideología de género las más peligrosa de las ideologías, una ideología que tiene por base los mismos postulados que propugnaron muchos totalitarismos, no podía ser de otra forma, pues es uno de ellos, y utilizando las mismas técnicas, aunque se llene la boca diciendo que busca bienes colectivos femeninos supremos, pasando por encima, eso sí, como elefante en cacharrería, de los masculinos. Lo cual es un despropósito mayúsculo. Olvidando que los logros que pueda tener una sociedad humana, pasan, necesariamente, por las mejoras que pueden alcanzar todos sus integrantes, y aquella está integrada por hombres y mujeres.

Esto, y muchísimas otras cuestiones, incluida una exposición de cómo ejercen violencia las mujeres, no las ha reflejado Elena Casado Aparicio.

26/04/2013 19:14
No me convence su discurso, Elena, sobre todo cuando en el nombre de la ideología que parece defender he sufrido esas violaciones, como varón y como padre. Y no venga con machismos ancestrales, que llevo 25 años arrastrando los cuartos traseros por los siete continentes, como para saber algo de la vida, usos y costumbres de los seres humanos. De hombres y de mujeres. Y sin manifiestos Scum, base, cual catecismo, de la ideología que está detrás de todo esto, recomiendo la lectura de aquél para comprender muchos porqués.

El resto es pura deducción, sin falacias ad hominen, y usted, Elena, lleva algunas sobre sus espaldas, sus conclusiones quedan fuera de la aplicación de la lógica en estado puro. Ésta sigue estrictas normas científicas ajenas a nuestros más bajos instintos, algo que controlo perfectamente, por educación, por conocimiento, por convicción derivada de ellos.

Y no soy reo de género, aunque lo intentaron hasta la saciedad, otro día le explico sobre los mecanismos que suelen llevar a una condena en este sentido, o es tan ingenua que cree que todos los condenados en esta materia son culpables, lo dudo.

Quizás detrás de su concepto de violencia de género sólo haya eso, ignorancia supina, y gentes de mal vivir que viven de ella. Le aplico, como a todo el mundo, el in dubio pro reo, algo de lo cual hasta fuí despojado en su país. Pues es suyo, ya no mío. A estas alturas, se lo regalo.

Salvo mejor opinión.

Un cordial saludo
29/04/2013 13:32
VIOLENCIA QUE NO ES DE GÉNERO

24 abril, 2013

¿Tenemos que ser las activistas lesbianas las que visibilicemos la violencia que se pueda dar –esporádicamente- en las parejas formadas por mujeres? Yo creo que no y, por eso, que no cuenten conmigo para dar pábulo a estas cuestiones.

Cada cierto tiempo el asunto de la violencia en las parejas de lesbianas se discute o bien en los medios generalistas o bien también –y especialmente- en el ámbito del propio activismo lesbiano.

Tengo que reconocer que a veces ese tipo de estudios o de discusiones me sacan de quicio hasta el punto de que yo misma tengo que preguntarme por qué me gusta tan poco que se discuta de eso o se dé visibilidad a la violencia que existe en algunas parejas de lesbianas. Creo que hay dos razones de que el tema me guste tan poco. La primera y más importante tiene que ver con el uso que el neomachismo pretende hacer de cualquier tipo de violencia intrafamiliar para deslegitimar y desdibujar la lucha contra la violencia de género como un tipo de violencia sistémica particular y anclada en el patriarcado. Si todo es violencia y, sobre todo, si todo es el mismo tipo de violencia, entonces no hay razones para establecer medidas concretas de lucha contra la violencia machista. Naturalmente que esa es la manera tradicional de negar e invisibilizar que la violencia machista es diferente a cualquier otra porque se produce en un contexto de desigualdad de poder estructural (desigualdad real y simbólica) en el que los hombres creen tener derechos de propiedad sobre “sus” mujeres.

http://beatrizgimeno.es/2013/04/24/violencia-que-no-es-de-genero/